martes, 2 de junio de 2009

Las cifras de la vergüenza


En Crítica Digital se publicó esta horrenda noticia: Los hospitales públicos de Santa Fe atienden en promedio a ocho mujeres por día, que llegan hasta esos efectores debido a complicaciones sufridas luego de un aborto…. es difícil distinguir entre cuántos abortos han sido provocados y cuáles han ocurrido por situaciones involuntarias….. la condición socioeconómica predominante en la mayoría de las pacientes: casi siempre son mujeres pobres …..la interrupción del embarazo es un recurso extremo que se presenta como la única salida para quienes no tuvieron alcance a métodos anticonceptivos …… las medidas precautorias siguen teniendo muchas barreras, sobre todo para las chicas pobres, que no tienen acceso a educación en materia sexual y procreación responsable….

La sociedad argentina se debe un serio debate sobre educación, educación sexual, procreación responsable, asistencia en materia de anticoncepción y aborto. Pero el debate debe darse en ese orden, debemos plantearnos si la educación actual sirve para preparar a las personas para su vida y la educación sexual es una parte importante de esa preparación. Si tenemos definida un modelo de educación donde se prepare a una persona para la vida en sociedad y aceptamos que la sexualidad es un modo de relación social, se debe debatir y consensuar una metodología de educación eficaz para que se eduque a los jóvenes en la diversidad de opciones éticas y morales, pero con los conocimientos necesarios que les permita ejercer su elección moral sin restringir el conocimientos del cuidado para evitar las ETS (enfermedades de transmisión sexual), los medios planificar su familia, ejercer una procreación responsable y la utilización de los métodos de anticoncepción. Los jóvenes así educados deberán tener acceso a los medios y métodos de anticoncepción, en forma gratuita e irrestricta hasta que deseen formar una familia. Quizás con educación, con preparación para sumir en forma responsable su sexualidad y planificar su familia, estos números no sean de una magnitud que aterra.

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